Cosas de peluquería.



Acabo de terminar mi sesión de Peluquería con Mari Pili, que manía con el tinte, coño, no es porque me moleste dárselo, todo lo contrario, me encanta, pero es que ahora le ha dado por querer teñirme a mí y NO, eso NO.

A ver, entiendo, que ella no quiera las canas, vale, de acuerdo, eso es una cosa estrictamente de ella, pero ¿Yoooo?; No, hija, no, no me pienso teñir el pelo, ¿Qué tengo canas?, bien, ¿Yyyy?, el paso del tiempo, además de arrugarnos, como no puede ser de otra forma, nos encanece, ¿Yyyy?, ¿En dónde está el problema?, yo, no lo veo.

Ese empeño, por parte de Mari Pili, surge a raíz de que me estoy dejando barba, y, cosa curiosa, me salen muchas más canas en la barba, más, que en el pelo que cubre mi cabeza, aunque en este último, también van en aumento y, calculo que, en un par de años, a lo sumo, lo tendré completamente blanco, el poco que me quede, que eso es otra; según ella, aparte de que no la hace mucha gracia la barba, todo sea dicho, esas canas me hacen parecer mayor; ¿Mayooooor?, jajajajajajajaj, coño, lo que soy, que tengo, ya, 53 años y tengo que ser y parecer mayor, joooder, que de eso va la naturaleza, precisamente, de ir envejeciendo, paulatinamente, mientras pasan los años.

Y no, no pienso teñirme, tengo el pelo que tengo que tener, por mi edad y por mis características y no tengo por qué cambiarlo, ni alterarlo, con respecto a esto, pienso algo parecido a lo de la cirugía estética, salvo por un accidente, que te deforme de manera que no puedas ni salir a la calle, no le encuentro justificación ninguna, hablo de mi, obviamente, allá cada cual con su cuerpo, pero yo, en mi no tengo por qué cambiar nada, tengo el rostro que tengo, la nariz y los pómulos que me corresponden, la barbilla y las orejas , son las que deben de ser y el resto, pues también, lo único que me preocupa es el exceso de peso, y eso si lo tengo que corregir, perooo ¿el resto?, es lo que tengo y no tengo por qué cambiarlo.

¿Lo de dejarme la barba?, coño, con barba se me ve menos la cara y las madres de los niños de Yuncos no me sigan utilizando para obligar a sus hijos a comerse la verdura, aunque conociéndolas, en lugar de decir, “Como no te comas el plato de verdura llamo a Manolo”, dirán algo así, como: “O te comes las verduras o llamo al bicho que se ha comido a Manolo”.


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