Para una amiga que ya no está


I

Nunca sabrás como fue mi vida junto a ti
ahora que se como decirte lo qué realmente fue
sin esperar que la muerte te arrancase de mi
ya no puedo decirte lo qué me hiciste sentir

Sólo puedo decirte adiós, mi querida amiga
es lo único que me dejas, y no se si me puedes oír
aunque en lo más profundo de mi alma
que el tiempo pasado, sin ti no hubiese sido feliz.

Debí poder decirte hace ya mucho tiempo
todo aquello que dentro de mi anidaba
todo lo que realmente me hiciste sentir
y que ahora en este momento si te podría decir.

Sólo puedo decirte adiós, mi querida amiga
es lo único que ahora, puedo expresar, sólo adiós
no me has dado tiempo a decirte nada más
en llanto mudo, es lo único que puedo expresar.

Muy frágil es la vida y demasiado intenso el amor
y absurdos los miedos que me impidieron hablar
y ahora, cuando podría plantearme hacerlo
decides dejarme, y emprender tu viaje final.

Sólo puedo decirte adiós, mi querida amiga
y únicamente esperar a que llegue mi partida
para poder expresarte, en un nuevo principio
lo que en su día debí, cuando aún te quedaba vida

Amargo es ahora mi llanto, doloroso el abandono,
que tras tu inesperada partida, en mi alma quedará
ya sólo me queda recordar, solo, en tu ausencia
revivir los sueños perdidos, en mi propia soledad

Sólo puedo decirte adiós, mi querida amiga
ahora ya puedes partir, ya no tienes que esperar
Sólo puedo decirte adiós, mi querida amiga
aunque mucho queda dentro, mucho por expresar.

Ya no encuentro palabras con las que expresar
lo que siento yo, ahora, que has decidido marchar
sólo que no te irás del todo, que algo vas a dejar,
siempre te tendré conmigo, donde tu quieras estar.

Adiós, mi querida amiga, ya no te hago esperar
largo será tu viaje y desgarrador mi esperar
si dolorosa es tu partida, más triste será aguardar
que llegue ese instante de volvernos a encontrar.

II
No encuentro las palabras
con las que poder expresar
lo que estoy sintiendo ahora
que has decidido marchar
pero no te irás del todo,
en mi corazón hay un lugar
que es tuyo, para siempre,
y que nadie va a ocupar.

III
Nunca me gustaron las despedidas,
un adiós, me parte el alma,
siempre preferí “hasta luego”,
por qué adiós es para siempre,
La simple idea de perderte,
mi corazón hace pedazos,
dejando en él una herida,
que quedará abierta siempre

IV
Por la mañana un poema,
por la noche una oración
eso me he propuesto cada mes,
en ello va mi corazón,
escribir versos, si se hacerlo,
pero rezar, ya es otra cuestión,
nunca fui capaz de hacerlo,
pero por ti lo aprendo yo.

V
Anoche, mirando a las estrellas,
creí verte mientras reías,
bailabas junto a la luna,
las lágrimas recorrían mis mejillas
pero no era un llanto triste,
mi alma estaba tranquila
brillabas como una estrella,
y no fue pena, fue alegría.

VI
Esta noche he rezado,
por primera vez en la vida
y aún sabiendo qué pedir,
a quién pedirlo, no sabía
pero te hice una promesa,
que cada noche rezaría
hoy recé para que en donde estés,
cuiden de ti, cada día.

VII
He sentido tu partida,
más, que si de mi sangre fueras,
y he llorado tu marcha,
todo lo que yo podía
Pero se terminaron mis lágrimas,
sin acabar la agonía
porque ahora estando en el cielo,
ya no serás, nunca mía.

VIII
He rezado con gran fuerza, pero nunca tuve fe
por eso quizás no me escucha, creo que Dios, no me cree.
He pedido que me lleve a donde quiera que estés,
pero no me ha hecho caso, y ya no te puedo ver.

A pesar de lo que pido, no me quiere escuchar,
sólo quiero estar contigo, junto a ti, en ese lugar,
poder pasear de la mano, incluso poder ir a bailar,
o sentarnos en un banco, para poder conversar.

Tan solo eso he pedido, tan solo eso he rezado,
y con toda la fuerza que puedo, es lo que he deseado
no creo que sea tanto, tan solo quiero marchar;
estar allí a tu lado y poderte contemplar.

Poder mirarte a los ojos, y ver tus cabellos brillando
cuando el sol te acaricie mañana, cuando se vaya a levantar;
y al ponerse por la tarde, cuando la luna esté en el cielo,
poder besarte en los labios, y poderte decirte “Te Quiero”

Eso es lo único que pido, es lo único que anhelo
poder estar a tu lado, junto a ti, allí en el cielo,
no creo que sea pedir mucho, y siento que Dios, puede hacerlo
mas no entiendo por qué no lo hace, por qué él, no escucha mi rezo.

Si yo pidiese que volvieras, que tu dejases el cielo
entendería que no me escuchase, y desoyese mis ruegos
porque un ángel tan hermoso, no debería perderlo,
y tan sólo en ese caso, sería yo, capaz de entenderlo.

Pero no puedo entender que desoiga mis plegarias
por que ya se que traerte, además de imposible, no es algo que deba pedir.
Tan sólo quiero ir contigo, que me permita estar a tu lado
eso si que puede hacerlo, si él quisiese escucharme, si Dios, escuchase mis ruegos.

Cuánto daño he de sufrir todavía, para merecer su perdón
si ni siquiera rezando, puedo ablandar su corazón,
qué pecado he cometido para que no pueda perdonarme
y no me deje ni siquiera, ni verte, ni oírte, ni hablarte.

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