Oda al Otoño

Oda al Otoño, esa estación que tanto me gusta y de la que disfruto enormemente, lástima que no se quede, que no desaparezcan todas las demás y que el Otoño fuese perenne, eterno, que fuese esa última estación, en la que quedarse siempre.

Otoño, que has llegado para quedarte
como si rayo de luz fueses, cálido
iluminado con tus bellos colores
el sendero de los sentimientos.

Sentimientos de hojas c
aídas, cansadas
de pequeñas gotas de lluvia, rebeldes,
que juguetonas, se deslizan por tus mejillas
acompañándote cada día en tus paseos.

Sentimientos, que son como un sueño
que te elevan hasta las nubes, grises,
melancólicas, en un temprano anochecer
ofreciéndote un atardecer hermoso y cálido.

Sentimientos, cargados de emociones,
renacidas por la calidez de la brisa,
de una brizna de aire fresco, casi marino,
que renueva tu alma, tus deseos, tu vida.

Sentimientos, de una pasión renovada,
por los crujidos de las hojas bajo los pies,
aquellas que han decidido, bajar del árbol
ayudadas por ese pequeño hálito de frescor.

Sentimientos, plenos de nuevos colores,
el color de la vida, de la ilusión, de el amor,
colores que rebosan por los poros de tu piel,
hasta rodearte con un hermoso halo de luz.

Sentimientos, repletos de nuevos olores,
olores que despiertan, emociones, sueños,
olores a hierba mojada, fresca, deliciosa,
que te transportan a un mundo sólo soñado

Sentimientos, rebosantes de nuevos sabores,
sabores delicados, edificantes, que paladeas,
sabores que te llevan al campo, a la montaña,
al mar, mientras, la lluvia, sigue cayendo.

Y ahora, tras la ventana de tu vieja habitación
compruebas como las gotas, efímeras, pequeñas,
se deslizan, sin rumbo fijo, bailarinas, traviesas,
las observas, sólo disfrutas de su pequeña danza.

No piensas, sientes, tus lagrimas enjuagan tu mirada
un cigarro en una mano, y una copa de vino en la mesa,
la lluvia golpea la ventana y el aire meciendo los arboles
suavemente, las hojas siguen cayendo, las ves, las oyes.

Ya ahí, en el suelo, empapadas por la fina lluvia
te recuerdan, te evocan tus verdaderos momentos,
dónde estabas, Otoño, por qué tardaste en regresar
ahora que has vuelto, quédate, no vuelvas a marchar.

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